Hoy hay eclipse. La agudeza de Tito Monterroso acapara la idea de los eclipses debido a ese mitológico cuento en el cual unos indígenas mayas atrapan a fray Bartolomé Arrazola, y para salir de la resignación de la muerte pues está claro que lo conducen a un altar de sacrificio, recuerda que ese día habrá un eclipse e intenta espantar a quienes lo han capturado diciéndoles que si lo matan, hará que el sol se oscurezca. Por supuesto que le sacan el corazón que chorrea frente a la luz opaca del sol oculándose, y luego un líder maya recita todas las siguientes fechas en las que habrá eclipses solares y lunares.
Ese cuento tan minúsculo se constituye como una resistencia ante la teoría de conocimiento occidental que, por principio, disminuye las visiones de los pueblos colonizados.
Estamos, Guatemala, en un momento toral, mientras este eclipse se sitúa encima nuestro. Los pueblos originarios mayas han liderado una cruzada trascedental contra el golpe de Estado que quiere dar la élite corrupta. Si lo consuman, una larga noche atravesará el país.
Los más descarados justifican el plan, los más cautos intentan plantear falsas equivalencias, los más siniestros callan. Giammattei, miente sin dificultad.
Este cuento de Monterroso nos recuerda cómo se ningunean los saberes ancestrales desde el yugo colonial. La fuerza de los pueblos está latente y ha generado temblor en las raíces de este Estado fundado para oprimir a los que desde antes vivían acá. Nunca ha habido una política que tome en cuenta la visión maya; en cierta forma, muchos siguen pensando como fray Bartolomé, quien murió bastante confundido.
Cuento de Monterroso: https://ciudadseva.com/texto/el-eclipse/
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