No tengas miedo del espíritu. El espíritu está, como dicen los sufíes, en la llama de la aorta. Tan cerca como el calor de la sangre. Tan lejos como la incapacidad de ver sin espejos nuestro rostro. El espíritu requiere que confiemos en él: sembrar y esperar la lluvia; el fruto brotará como consecuencia natural de la existencia. Lo perverso y lo sombrío se cauterizan como la lava dejándose vencer por el mar. Entre lo contemplado, ahí está; detrás de las nubes, en medio del agua, alrededor de las estrellas y en el párpado que determina la vista. En los huesos que se inflaman, en las calles, en los pies, en las arrugas de la abuela, en la savia del árbol que será una mesa en la que almorcemos cuando estemos viejos. No tengas miedo del espíritu, te escuchará incluso cuando la bulla sea demasiado grotesca.
jueves, 28 de septiembre de 2023
lunes, 18 de septiembre de 2023
Vamos a caminar con Bernardo
Este 18 de septiembre es un día emblemático. El presidente Bernardo Arévalo nos ha convocado, como comunidad, como pueblos, como masa que ha estado palpitando para alcanzar transformaciones inéditas; para retomar una senda perdida hace 70 años cuando las oligarquías locales, en su afán por truncar un proceso democrático y proteger sus privilegios, derrocaron con apoyo gringo a la Revolución de Octubre y desde entonces caímos en una larga noche amarga de balas, botas, masacres; esta guerra dejó partido el corazón de Guatemala; miles de hijos perdidos en fosas clandestinas, un gran resentimiento, un gran dolor. Para sanar esto tuvo que haber justicia, conocerse los detalles y emprender un proceso colectivo de recobrar la valentía; sabernos capaces de levantar la copa de la verdad y que fuera posible la reconciliación. Pero los guardianes mafiosos se reintegraron a esta etapa y ven en nuestra Guatemala una máquina de hacer dinero para un puñado de personas y cuando fueron descubiertos por las investigaciones penales se enojaron mucho y trataron de aniquilarnos, de refundirnos en la cárcel, de hundir sus dientes en nuestras mejillas y trataron de hacernos creer que la mentira era la verdad, pero, como el quetzal burla al cazador, como los Cerbataneros del Popol Wuj engañaban a los poderosos jugándoles la vuelta, como los pueblos mayas han sobrevivido a muchos genocidios, como los migrantes llevan en sus hombros, como un costal, la economía de la mayoría de familias: así, resurgiendo, votamos por Bernardo Arévalo, en el momento más complicado para el país, y así se sembró la Semilla, una nueva voz que cambiará el camino que han trazado los ladrones que nos han gobernado, y ahora Bernardo nos convocó porque los Señores de Xibalbá, los reyes de la noche, quieren bloquear la intención del pueblo, quieren secuestrar la democracia y apagar la primavera. El presidente necesita a su pueblo; debemos acudir a este llamado imperante con el destino y acompañarlo, por la caída del 54, por todos los asesinados y los desaparecidos, los niños con hambre que mueren cada día, los que tiran fuego en las esquinas pidiendo un centavo, por cada vez que nos han asaltado en un autobús, porque a pesar de toda esta triste historia estamos hoy, una vez más, renaciendo, creyendo, luchando, caminando el largo tiempo conscientes de que nos esperan meses y años de siembra para que la cosecha de una nueva Guatemala pueda germinar.
martes, 12 de septiembre de 2023
Consuelo Porras en guerra abierta
jueves, 7 de septiembre de 2023
Un mantra para Lucrecia
La última ocasión que nos vimos fue a través de una pantalla de celular. Le conté que recién había salido de un monasterio budista y compartimos algunas ideas. Me preguntó si yo había invitado a un amigo a Casa Tíbet; nos reímos, molestamos a su tía. No éramos amigos cercanos sino más bien tuvimos una relación como de parientes lejanos que se hablan de vez en cuando pero siempre en un tono de cercanía; compartimos, eso sí, un cariño profundo por su tía, Helen, quien también ha sido de cierta forma la mía.
Cada aniversario del asesinato de Myrna Mack, 11 de septiembre, yo le enviaba un poema que escribí sobre su madre, y ella a veces lo compartía en sus redes y me lo agradecía. Era claro que en común teníamos una posición y actividad política pero más que eso, nos unía la relación por medio de Helen que implicaba un cariño incontestable. Luego de esa última llamada, fuimos a comer con Helen un plato vietnamita; de hecho yo salía de estar meditando por 10 días y ella, formada en el catolicismo, me preguntaba detalles sobre los alcances de la reencarnación, dónde, cuándo, en quién. Más que responderle, la llamaba a aprovechar estos momentos y a considerar la impermanencia de la vida, cuestión tan misteriosa e irracional, más para nosotros los occidentales que nos aferramos a todo.
Luego de estar enferma buen tiempo, Lucrecia murió con Bernardo Arévalo a punto de ser entronado en la silla presidencial. Me contaba Helen que su sobrina, a diferencia de muchos, sí creyó desde el inicio que Semilla tendría un chance real de ganar. Y por eso le entregó buena parte de su última energía al proyecto político; fue su decisión, su convicción y su ejemplo, su forma de servir. Es un arte poder compaginar la mística y la espiritualidad dentro de una práctica política pues el poder en sí mismo destruye usualmente al espíritu. Nos lo dice puntualmente Mateo: “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde la vida?”
Estos dilemas resonaban en la vida de Lucrecia quien supo darle un giro consciente a su tiempo en este mundo. Médica, como su papá, buscó la vocación pública sin vacilación. De ministra a diputada, y antes acusó directamente (hay fotos muy elocuentes de ese juicio donde se le ve jovencita) a agentes militares de ejecutar extrajudicialmente a su madre, Myrna Mack, el gran símbolo de la justicia y del renacer en Guatemala.
Hoy, a pocos días del aniversario de la muerte de su madre, pido que los mantras y el tiempo en el cojín de meditación estén dando un espacio sereno para el viaje de Lucrecia. Muy gratamente, los amigos de Casa Tíbet acompañaron este transcurso final con oraciones y meditaciones. Nos deja un mensaje de amalgamiento del espíritu y el ejercicio del poder, que espero pueda ser recibido. No es poca cosa. Ahora que lo pienso, mi abuelo también vivió 50 años y dejó un vendaval de bendiciones. Lo mismo hiciste tú, Lucky, como te nombraría Helen. Un mantra en tu honor. Om Ami dewa hri
Calores
A través de los 36 grados que marca el celular y que implica un horroroso estado bajo el sol, veo el agradecimiento hacia Guatemala, mi país...
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