domingo, 4 de mayo de 2025

Sobre la meditación




Para nosotros es indispensable la meditación. El esclarecimiento de los pensamientos -que rápidamente se convierten en sogas capaces de ahorcarnos- no puede ser opcional. Debemos practicarlo a diario, como cepillarnos los dientes, como dormir, como desayunar. 

La mente es nuestra enemiga más audaz que dibuja dragones en las paredes, como dice un famoso cuento chino, que luego nos terminan devorando. La meditación consiste en practicar la observación de los pensamientos. Parte de un principio en que parecería que no hubiera distinción entre imaginación y realidad. 

En aquel programa de Orson Wells basado en la novela La Guerra de los Mundos él se inventó notas sobre caídas de meteoritos por una invasión marciana en Estados Unidos la cual fue creía por mucha gente y eso provocó un pánico de locura en la población. Hubo quienes se tragaron la historia como se cree una noticia en los medios por lo que la sensación de crisis, si bien imaginaria, fue real. Lo mismo pasa con ideas que se van cocinando con paciencia para finalmente dejarnos devorar por ellas. Los ataques de celos a partir de hechos incomprobables pueden preceder al fuego interno que cause asesinatos. Sucede con la envidia, con el miedo. Son consecuencias que nacen de algún pensamiento del que a veces ni nos damos cuenta de que existe pues estamos acostumbrados a actuar reactiva e inmediatamente. 

Por lo tanto, el ejercicio de la observación de los pensamientos es impostergable para algunos de nosotros. De lo contrario estamos susceptibles a acushushar por horas, días, meses alguna idea y calentarla hasta que tarde o temprano se termina actuando en consonancia de esa idea y ese actuar crea problemas pues resultaba que esa creencia era totalmente engañosa. 

Byron Katie, una mujer que vivió años en depresión, un día despertó dándose cuenta de que no podía, a ciencia cierta, comprobar que los pensamientos que la agobiaban fueran reales. Diseñó un método de auto cuestionamiento para analizar la verdad de dichos flujos de ideas. Éstas pueden albergarse cómodamente por un tiempo suficiente para causar depresión, ansiedad, hacer la vida difícilmente vivible. 

La opción está en que así como podemos imaginar situaciones dañinas y autodestructivas también podemos imaginar cosas que nos benefician. Y ahí es donde la meditación surte efecto, no solo en aprender a desvanecer los pensamientos que nos causan daño viendo que no tienen esencia y que son hechos solucionables, sino en sembrar ideas positivas y nutritivas para nuestra vida. 

En fin, creo que la imaginación es una llave que se puede usar para ir a diversos lugares. 

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